RESEÑAS / REVIEWS
Guadalupe Goldar
Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Florencia Spolidoro
Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Cita sugerida: Goldar, G. y Spolidoro, F. (2016). [Revisión del libro Olga y Leticia Cossettini en la Escuela Serena. Cultura, imagen y pedagogía (Rosario 1935 - 1950) por M. Fernández, M. Welti, R. Biselli y M. Guida]. Archivos de Ciencias de la Educación, (10). Recuperado de http://www.archivosdeciencias.fahce.unlp.edu.ar/article/view/Archivose010
Olga y Leticia Cossettini en la Escuela Serena, es una publicación que reúne y sintetiza tres proyectos de investigación impulsados por la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. El libro se origina en los proyectos “La experiencia de la Escuela Serena en Rosario: la fuerza de la articulación entre imagen, historia y pedagogía”, “Pedagogía, política y modernización cultural: la actividad educativa de Olga y Leticia Cossettini en Rosario (1935-1950)” y “Las Misiones Culturales en la Escuela Serena (Rosario, 1935-1950)”.
La propuesta pedagógica de la Escuela Serena puede enmarcarse enmarcada en el movimiento escolanovista o de la Escuela Nueva, a la vez que presenta elementos que particulares, como el lugar educativo que otorgó a la imagen y a la pedagogía de carácter social. El uso de la imagen se vio reflejado en distintos aspectos; como expresión estética y creativa de los niños, como soporte y vía privilegiada de transmisión del conocimiento y como instrumento de registro de las experiencias cotidianas. Por otro lado, las Misiones Culturales realizadas por los alumnos, la relación de la escuela con la comunidad intelectual y artística, y la intención de Olga y Leticia de formar sujetos solidarios fueron los pilares de la pedagogía social. La conjunción de estos aspectos en el contexto de una escuela pública hacen de ésta una experiencia singular, de gran impacto y repercusión, en la que se tensionan las herencias y las innovaciones.
El primer capítulo se titula “La experiencia de la Escuela Serena entre 1935 y 1950 en la ciudad de Rosario”. Allí se caracteriza el proyecto pedagógico que se originó en el año 1935 y que se desarrolló hasta el año 1950, período en el que Olga Cossettini asumió la dirección de la escuela N° 69 “Gabriel Carrasco”, ubicada en el Barrio Alberdi, al norte de la ciudad de Rosario. El proyecto se implementó bajo el título de escuela experimental, al margen del régimen escolar vigente, como parte de una búsqueda de reformas en la enseñanza pública promovida por la Ley Provincial N° 2364 sancionada en 1934 bajo el gobierno del demócrata progresista Dr. Luciano Molinas.
Es posible tener una visión completa y detallada de esta experiencia gracias a la variedad de registros disponibles. Los hechos cotidianos y los peculiares eran registrados tanto por los adultos como por los niños a través de fotografías, filmaciones, diarios de clases de las maestras, cuadernos de los niños. También se escribieron artículos y libros, e hicieron públicas una serie de cartas profesionales y privadas. Las hermanas Cossettini tuvieron la intención de que el proyecto de la Escuela Serena quedara documentado, no solo en sus fundamentos teóricos sino en las propuestas concretas y en los vaivenes de su implementación. Es así como existió un fuerte trabajo de reflexión pedagógica que partía de las prácticas, de su planificación, del registro minucioso y del intercambio cotidiano entre docentes y niños.
El movimiento de la Escuela Nueva tuvo en Argentina diversas expresiones. El rasgo común entre todas ellas fue la búsqueda de cambios en la denominada escuela tradicional con el objetivo de que los niños pudieran sentirse a gusto en ella. Plantearon, entre otras cosas, el trabajo por centros de interés, la flexibilización horaria y espacial, las prácticas educativas democráticas y creativas. La Escuela Serena se inscribió en este movimiento, pero se convirtió, tal como se sostiene en el libro, en una experiencia excepcional por dos cuestiones: su modo de concebir al niño como ser creativo asociado a la necesidad de respetar e incentivar dicho potencial y la aplicación exhaustiva del principio de equiparación entre educación y vida, generando múltiples actividades de interacción y participación en la comunidad. Se destacó además por la fuerte presencia de Olga y Leticia dentro de la comunidad artística e intelectual de la época y por su pertenencia a un movimiento pedagógico de vanguardia.
El segundo capítulo se titula “La fuerza de la imagen en la Escuela Serena”, y realiza un minucioso análisis del lugar que ocupó la imagen en su sentido más amplio y abarcativo. En principio, se detiene en su uso estético rescatando los aportes que el movimiento escolanovista introdujo en relación con la enseñanza de las artes y su propósito creativo y expresivo. La propuesta de la Escuela Serena colocó al niño en el centro de la escena, como un sujeto singular, alejándose plenamente de la escuela tradicional la cual, según las hermanas Cossettini, ahogaba las potencialidades creativas de los alumnos. En esta línea, describieron la función de los cuadernos escolares de los niños en los que la imagen aparecía como productora de subjetividad a diferencia de lo que ocurría con los cuadernos de clase de la escuela tradicional, los cuales operaban como dispositivos de normalización, reduciendo a la imagen solo como ilustración de la palabra.
Por otro lado, pueden analizarse en este mismo capítulo los modos en que las hermanas Cossettini asociaron el uso de la imagen al conocimiento científico. La educación estética y la científica funcionaron como parte del mismo proceso. Un ejemplo ilustrativo de esto fueron los diferentes tipos de calendarios que los niños debían ir completando diariamente; el trazado de mapas, las láminas sobre el cuerpo humano, etc.
Finalmente, este capítulo se ocupa de rescatar la importancia que tuvo la imagen en la Escuela Serena, como registro y modo de archivo. La fotografía se convirtió en una pieza fundamental que permitía registrar lo ocurrido en la escuela. Queda claro, que Olga y Leticia realizaron este registro de manera intencional. El tipo de escenas fotografiadas da cuenta de la decisión consciente de hacer perdurar determinadas imágenes de la vida escolar. Es decir que tanto los cuadernos y láminas, como fotografías y filmaciones evidencian la intención de conservar registro de las diferentes actividades, eventos extraordinarios e innovaciones que ocurrían en la Escuela Serena.
El tercer y último capítulo, “Comunidad y saberes: Las Misiones Culturales” se dedica a describir el lugar de las misiones dentro de la Escuela Serena. Se trataba de jornadas de trabajo compartidas entre alumnos, docentes y vecinos, en las que los niños transmitían diferentes contenidos aprendidos en la escuela. Estos saberes abarcaban desde expresiones artísticas hasta temáticas vinculadas con la biología, la prevención de enfermedades y diversas ciencias. Las Misiones de Difusión Cultural ocurrían en las calles o plazas. El vínculo con la comunidad era considerado muy importante por las hermanas ya que implicaba la salida del niño hacia el afuera de la escuela como parte de un programa más abarcativo que destacaba la formación del niño en valores como la solidaridad y la asistencia.
Por último ya hacia el final de este capítulo, se brindan detalles del intercambio que existió entre las hermanas Cossettini y experiencias escolanovistas de otras partes del mundo. Se menciona por ejemplo la experiencia desarrollada en la década del ´20 por el docente uruguayo Sabas Olaizola cuya propuesta se basaba en las ideas de Decroly. También de otra experiencia desarrollada en escuela rural de Uruguay impulsada por el docente Jesualdo Sosa con quien Olga mantuvo una relación más directa a través de cartas. Por otra parte se menciona además la influencia de las Misiones de Divulgación Cultural llevadas adelante en España durante la Segunda República.
A modo de cierre, consideramos que la lectura de este libro resulta particularmente potente para conocer la experiencia de la Escuela Serena no solo como una práctica pedagógica del pasado sino como un estímulo para la reflexión educativa en el presente. En esta línea, por ejemplo, la experiencia de las hermanas Cossettini nos permite pensar en la posibilidad de llevar adelante innovaciones y cambios en el marco de una escuela pública. Esta mirada reivindica la importancia de la función social de la escuela como institución responsable de garantizar una educación de calidad para todos los niños y niñas, poniendo en tensión algunas tradiciones que descartan la posibilidad de que puedan construirse enfoques pedagógicos alternativos desde ámbitos estatales.
Asimismo, nos parece importante rescatar del libro, el hallazgo del minucioso trabajo de registro que llevaron adelante las hermanas Cossettini, no solo por su importante valor histórico sino también por la potencialidad que tiene o puede tener ese material a la hora de reflexionar, sistematizar y construir conocimiento sobre las propias prácticas. Recuperar el lugar de los y las docentes como productores de conocimiento y no como meros ejecutores de políticas o lineamientos producidos por otros, hace de ésta una experiencia sumamente interesante.
Consideramos que los aspectos hasta aquí mencionados junto a otros, tales como el lugar que ocupa el arte en la currícula, la relación entre la escuela y la comunidad o el trabajo a partir de los intereses de los alumnos, son temáticas de gran actualidad dentro de las discusiones del campo pedagógico y político. Desde esta perspectiva, conocer esta experiencia histórica nos permite articular el pasado con el presente y problematizar aspectos centrales de las prácticas escolares.
Recibido: 24 de agosto de 2016
Aceptado: 15 de septiembre de 2016
Publicado: 18 de noviembre de 2016
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