Archivos de Ciencias de la Educación, nº 10, e014, 2016. ISSN 2346-8866
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Departamento de Ciencias de la Educación



RESEÑAS / REVIEWS

 

Siede, Isabelino A. (2015). Casa y jardín: complejas relaciones entre el Nivel Inicial y las familias. Rosario: Homo Sapiens Ediciones

 

 

Stefanía Suárez Arrébola

Universidad Nacional de La Plata, Argentina


Cita sugerida: Suárez Arrébola, S. (2016). [Revisión del libro Casa y jardín: complejas relaciones entre el Nivel Inicial y las familias por I. Siede]. Archivos de Ciencias de la Educación, (10). Recuperado de http://www.archivosdeciencias.fahce.unlp.edu.ar/article/view/Archivose014


El libro que se reseña a continuación aborda el vínculo entre las instituciones de Nivel Inicial y las familias de sus alumnos y alumnas. Esta temática es una de las cuestiones que suscita mayor preocupación en los equipos docentes, ya que se trata de un vínculo que se ha ido transformando al compás de los cambios epocales. Sin embargo, como revela el autor, este objeto ha acaparado poca atención en la tradición pedagógica, existiendo pocos estudios en la actualidad (al menos en el ámbito local), y poca presencia en la formación docente.

La pregunta principal que guía el recorrido del libro es “¿Cuáles son los desafíos que se abren en la actualidad en la relación entre familias y jardines?” Para dar respuesta a dicha pregunta, Siede decide tomar la voz y experiencia de actores concretos del Nivel Inicial a partir de la realización de entrevistas a ocho directoras en ejercicio actual o reciente. Los jardines en los que las mismas se desempeñan cubren un amplio espectro: públicos, privados (laicos y religiosos de variadas creencias) y de gestión social; ubicados en las provincias de Santa Cruz, Córdoba, Santiago del Estero, Buenos Aires y CABA; y atienden a poblaciones de sectores sociales bajos, medios y altos.

El libro, el mismo se organiza en nueve capítulos. El primero, denominado Lo que llamamos familia, propone un breve recorrido por investigaciones históricas, antropológicas y sociológicas con el propósito de desnaturalizar el fenómeno familiar. En este sentido, es interesante que un libro que se propone hablar de la relación entre familias y jardines, comience abriendo preguntas sobre qué son las familias, cuáles han sido y son los distintos modelos o tipos de familias y qué problemáticas las han atravesado históricamente hasta la actualidad, para salir de miradas estereotipadas, a-históricas y esencialistas en torno a las mismas.

El segundo capítulo, Miradas sobre las familias en las tradiciones del Nivel Inicial, indaga cómo se ha tematizado, desde la pedagogía, la relación entre la educación de la primera infancia y las familias. Para ello, recurre a referentes de la historia de la pedagogía como Pestalozzi, Fröebel o Montessori, pasando por importantes educadores locales como Sarmiento y Juana Manso, hasta referentes de la actualidad. Pretende recoger las primeras consideraciones sobre el vínculo entre familias y jardines, así como rastrear el origen de preocupaciones y representaciones pasadas que perviven en la actualidad. De este modo, el autor releva la existencia de dos modelos. El primero, expresado por Pestalozzi y Fröebel, representa la continuidad y contigüidad entre casa y jardín, y ha tenido fuerte pregnancia en las instituciones de Nivel Inicial. El segundo, expresado por Sarmiento y Manso, el modelo de ruptura y reemplazo, plantea que la educación brindada en el jardín se contraponga y subsane los defectos de la crianza doméstica.

El tercer capítulo, Tensiones actuales entre familias y jardines, inicia con un breve comentario sobre algunas noticias, referidas a casos de maltratos físicos y psíquicos ejercidos por parte de personal docente, que han impactado mediática y socialmente en los últimos tiempos sobre lo que ocurre en la vida cotidiana de los jardines Siede advierte que tales casos no reflejan con justeza lo que realmente ocurre a diario en los jardines, al mismo tiempo que pone a disposición un relevamiento propio sobre cuáles son las tensiones habituales en el vínculo entre jardines y familias ofreciendo una breve descripción de las mismas, a saber: confianza, autoridad, legitimidad, comunicación y cooperación. Hacia el final del capítulo, el autor brinda una presentación de las directoras entrevistadas así como de las características de los jardines en los que trabajan, la población que atienden y la comunidad en general.

Los siguientes cinco capítulos parten de escenas escolares real que han sido relatadas por docentes o directivos de Nivel Inicial, y han sido escogidas por el autor para su análisis y problematización. Asimismo, para cada una de las temáticas que los distintos capítulos abordan, el autor recurre a la voz de las directoras para conocer qué es lo que ellas piensan o han experimentado en sus propias instituciones..

En esta línea, en el cuarto capítulo titulado Dentro y fuera del jardín, a partir de la problematización de una norma que establece que los niños y familias que llegan tarde se queden fuera hasta que concluya el saludo colectivo, Siede reflexiona sobre lo perjudicial que pueden resultar ciertas respuestas institucionales únicas, severas y esquemáticas y cómo pueden afectar las mismas en la construcción de confianza en la relación entre familias y jardín. La confianza se vuelve muy importante en el periodo de transición de un ámbito a otro y en el sostenimiento del recorrido de los niños por el jardín, ya que además de ser una de las primeras instituciones educativas que transitan, las familias comparten con los jardines ni más ni menos que la crianza.

En el quinto capítulo, Tratos, contratos y sustrato, el autor reflexiona sobre el hecho de que en muchas ocasiones se plantea la mejora de la comunicación como gran solución frente a distintos problemas. Esto desconoce que hay distintos estratos en la comunicación-trato, contrato y sustrato-, que si bien interactúan entre sí, implican significados, representaciones y valoraciones con distinto nivel de profundidad y explicitación. Así es que, en algunos casos no alcanzará con mejorar la comunicación en su nivel más superficial, notorio o explícito, sino con estrategias específicas que poniendo en juego recursos pedagógicos e institucionales permitan movilizar representaciones consolidadas.

En el sexto capítulo, Las reglas del juego, Siede plantea que cada una de estos ámbitos –familias y jardines- tiene sus reglas y que el cambio de las reglas de juego requiere de un proceso de aprendizaje, no sólo para los niños, sino también para los familiares, y que requiere de un acompañamiento por parte de la institución. Asimismo menciona cuatro niveles normativos que tiñen la relación entre familias y jardines: principios morales, legislación vigente en el estado de derecho, reglas institucionales y reglas contextuales.

En el séptimo capítulo denominado La diversidad como problema, el autor reflexiona acerca de la necesidad de que la escuela sea un espacio abierto a la diversidad de creencias, tradiciones y elecciones de los niños y sus grupos familiares, ya que, por un lado, el jardín no tiene derecho a juzgarlos, y, por otro lado y muy importante, la integración de un niño a la institución no debería significar su desintegración como sujeto.

En el octavo capítulo, El riesgo de las buenas intenciones, Siede formula dos preguntas muy interesantes: “¿Hasta dónde la escuela puede intervenir en las decisiones de crianza de los grupos familiares? ¿Hasta dónde los grupos familiares pueden realizar sus propias elecciones si con ellas afectan la vida cotidiana del jardín?” (p. 199). Además, distingue entre acciones obligatorias, acciones prohibidas, permisos y acciones de promoción, y reflexiona sobre aquellas cuestiones respecto de las que sería conveniente que la institución se pronuncie en cada caso. Vale destacar que, sobre las dos primeras, plantea la conveniencia de que el jardín se pronuncie en torno a dos polos: los que atañen a la convivencia en la diversidad y los que atañen a la tarea pedagógica.

En el noveno y último capítulo, Senderos abiertos entre familias y jardines, el autor hace un repaso por las principales tensiones sobre las que reflexionó a lo largo del libro y destaca la cooperación como una relación deseable entre familias y jardines. Retoma la idea de que las familias se han transformado y adecuado al contexto de forma más rápida que las escuelas, y la necesidad de que los equipos docentes se corran del lugar de jueces acusadores. En consonancia con ello plantea que son necesarios procesos de aprendizaje institucional que dejen de lado las tendencias predominantes de avasallamiento del otro, desdén o competencia destemplada, y la construcción de acuerdos en los que cada una de las partes vea reconocidas sus necesidades y posibilidades.

A modo de conclusión, cabe resaltar algunos de los puntos que considero han sido contribuciones originales y puntos fuertes en el tratamiento del tema. Uno de ellos, la mirada histórica y contextualizada en el abordaje de la relación entre familias y jardines, que si bien tiene sus marcas fuertes en los primeros capítulos, es una mirada que se sostiene a lo largo del libro. Asimismo, teniendo en cuenta que es una temática compleja de tratar, con varias aristas, me parece doblemente interesante que el autor no posicione a familias o a jardines en el lugar de víctimas o culpables, al mismo tiempo que no dé respuestas únicas o acabadas, sino que invite a la reflexión, al análisis de alternativas y la generación de criterios para posicionarse y tomar decisiones. De esta manera, lo valioso es que somete a consideración tanto el rol y accionar de familias como el de jardines por igual, a la luz del contexto más inmediato pero también de un contexto más macro, de tendencias nacionales y globales. Otro de los puntos fuertes resulta la diversidad y calidad de fuentes a las que recurre, las cuales abarcan desde investigaciones históricas y socio antropológicas, producciones de pedagogos de muy larga data hasta la actualidad, noticias periodísticas, escenas reales relatadas por docentes, y la voz de varias directoras de Nivel Inicial con diferentes realidades. Aunque no toma la voz en primera persona del otro polo de la relación, es decir las familias, es interesante el aporte y análisis que hace de la voz de las directoras.


Recibido: 18 de agosto de 2016
Aceptado: 8 de septiembre de 2016
Publicado: 18 de noviembre de 2016

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