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Redes intelectuales y profesionales en el itinerario de Juan Ricardo Nervi durante sus años de exilio en México - (1976- 1985)
Resumen: En este artículo abordaremos las redes intelectuales y la producción del docente, pedagogo, escritor, poeta, deportista, traductor, periodista y artista plástico pampeano Juan Ricardo Nervi (1921 -2004) en el periodo de su extenso exilio en México, durante los años de la dictadura cívico-militar argentina (1976 -1983). En 1976, ante las concretas amenazas del grupo parapolicial Alianza Anticomunista Argentina - más conocida como “Triple A”- el profesor Nervi debió, como muchos argentinos, optar por el exilio para salvar la vida. Pudo hacerlo gracias al compromiso solidario de sus redes amigas, a sus relaciones internacionales y a la generosidad del pueblo y gobierno mexicanos. En su país de acogida desarrolló una prolífica tarea docente, participó de la creación y organización de la Universidad Pedagógica Nacional Mexicana, cultivó su faceta literaria, escribió y publicó ensayos pedagógicos que fueron referentes para los estudios de esa disciplina, así como poesías y cuentos que vieron la luz tanto en Argentina como en México. También realizó una interesante producción periodística. Exploramos también en el artículo cómo sostuvo sus vínculos con sus colegas y amigos/as en Argentina, sus intercambios epistolares y las visitas que recibió.
Palabras clave: Juan Ricardo Nervi, Biografías intelectuales, Exilios y exiliados latinoamericanos, Pedagogos argentinos, Redes intelectuales.
Intellectual and professional networks in the itinerary of Juan Ricardo Nervi during his years of exile in Mexico (1976-1985)
Abstract: In this article we will address the intellectual networks and the production of the teacher, pedagogue, writer, poet, athlete, journalist, translator and plastic artist from the province of La Pampa, Juan Ricardo Nervi (1921 -2004) during the period of his extensive exile in Mexico at the time of the Argentine civil-military dictatorship (1976 -1983). In 1976, faced with specific threats from the parapolice group known as “Triple A” -, Professor Nervi was forced, like many other Argentines, to opt for exile to save his life. He was able to do this thanks to the help of his network and friends, his international relations and the generosity of the Mexican people and government. In his host country he developed a prolific teaching career, participated in the creation and organization of the Mexican National Pedagogical University, cultivated his literary side, wrote and edited pedagogical essays that were references for the studies of that discipline, as well as poems and stories that were published both in Argentina and Mexico. In the article we will also explore how he maintained his ties with his colleagues and friends in Argentina, his correspondence and the visits he received.
Keywords: Juan Ricardo Nervi, Intellectual biographies, Latin American exiles and exiles, Argentine pedagogues, Intellectual networks.
Introducción
En este trabajo nos enfocamos en una etapa del devenir de Ricardo Nervi que nos ayuda a reconocer, a través del recorrido de su exilio en México durante los años de la dictadura militar argentina (1976 -1983), las huellas de sus redes intelectuales, de sociabilidad1 y pedagógicas como también su producción, mediante una metodología que privilegia la investigación bibliográfica y el análisis crítico de fuentes.
En 1976 ante las concretas amenazas del grupo paramilitar Alianza Anticomunista Argentina - más conocida como “Triple A”-, Nervi debió, como muchos argentinos, optar por el exilio para salvar la vida. En el país azteca desarrolló una prolífica tarea docente que incluyó la participación en la creación y organización de la Universidad Pedagógica Nacional Mexicana, donde pudo demostrar no solo su capacidad y su altísima preparación sino también sus cualidades de gestor y planificador de proyectos educativos valiosos.
Por otro lado, cultivó su faceta literaria y publicó ensayos pedagógicos que fueron referentes válidos para los estudios de esas disciplinas, así como poesías que vieron la luz tanto en Argentina como en México y letras de canciones que musicalizara el cantautor argentino Alberto Cortés. También realizó una interesante producción periodística.
El largo exilio no fue motivo para olvidar a sus amigos y su tierra, de ahí que mantuviera activa correspondencia epistolar, recibiera visitas y escribiera con frecuencia sostenida en las páginas del diario La Arena de Santa Rosa, provincia de La Pampa. Nos pareció pertinente abordar esta etapa vital del profesor Nervi dado que es posible percibir en ella su crecimiento, su postura ante la adversidad y reconocer que sus redes fueron también un paraguas protector. Si bien aquella fue, probablemente, la decisión más dura de su vida no fue la única vez en que debió partir, convirtiendo su dolor en nuevas oportunidades.2
Desde la formación inicial a su exilio
Juan Ricardo Nervi nació el 19 de agosto de 1921 en el seno de una familia numerosa de origen piamontés, en la localidad de Eduardo Castex, provincia de La Pampa - por entonces Territorio Nacional de La Pampa-, Argentina. Su pueblo natal, su Aldea Gringa,3 es el sitio donde transcurrió su infancia y donde comenzaron a vislumbrarse su pasión por la lectura4 y sus primeras aficiones por la escritura de poemas y la pintura.5
En 1942 obtuvo el título de Maestro Normal Nacional en la Escuela Normal de Santa Rosa, La Pampa, institución donde había incursionado con éxito en justas deportivas y en la edición y participación como poeta y narrador en la revista estudiantil Impulsos.6 Fue además un ávido lector. En su escritura se vislumbran sus lecturas.
Aunque pequeña, su participación en aquella revista sería una muestra de su capacidad de gestión. Además, en el diario local La Arena había hecho sus primeros escarceos en la práctica periodística. Esta relación quedó establecida para el resto de su vida ya que el matutino pampeano siempre tuvo un espacio para su escritura. Por otro lado, en aquella época forjó distintos vínculos de amistad y comenzaron a tejerse sus primeras redes de sociabilidad.
Ya graduado, se instaló en la ciudad de Mendoza, capital de la provincia homónima donde jugó al fútbol como profesional en el Club Godoy Cruz - Tomba y realizó estudios de pintura. También ese año publicó su poemario Agreste (1943), una colección de poemas de amor, de abordaje social y de profundo sentimiento por su tierra. La gran mayoría de sus composiciones fueron sonetos.
En 1946 inició su carrera docente al ser nombrado maestro de grado en una remota escuela de la selva misionera. A su solicitud, fue trasladado en 1948 a su Castex natal y, en 1950, fue declarado cesante por cuestiones políticas. Cabe agregar que no solo fue nuestro maestro quien recibiera esa severa sanción, sino que se produjo también la cesantía de un grupo de docentes pampeanos, de distintas instituciones y con diferentes jerarquías, a algunos de los cuales ni siquiera les fue abierto un sumario. Esto le causó mucho dolor: “Me fui una vez marcado por la insidia. Dejé en mi aldea aquel rencor que ahora es apenas dolor. Fue en esa hora de espantado silencio. La perfidia me siguió con su sombra” (Nervi, 1983, p. 109).
Casi inmediatamente, se trasladó a la ciudad de San Luis y, en la sede puntana de la Universidad Nacional de Cuyo, se graduó como profesor en Ciencias de la Educación con especialización en Pedagogía en 1955. Allí conocería al poeta Antonio Esteban Agüero, quien lo introdujo en circuitos literarios tanto de su provincia como de Buenos Aires. Publicó el poemario Gleba (1951), donde reiteró su interés por La Pampa y su gente. Como en Agreste (1943), la mayoría de sus composiciones fueron sonetos.
En 1956 regresó a la provincia de La Pampa. Fue nombrado Director Provincial de Cultura. Su gestión, aunque breve, fue intensa. Intentó dotar a la nueva provincia de un carácter identitario propio y a la vez integrador con las demás regiones del territorio nacional. Su accionar se vio reflejado en la Revista de Cultura y Educación Caldén,7 en la constitución del grupo La Joven Poesía de La Pampa, en las Primeras Jornadas Bibliotecarias de La Pampa y en los Cuadernos Pampeanos de Poesía, donde se publicaron las primeras muestras de los noveles poetas. También dio clases en la Escuela Normal y el Colegio Nacional, ambos de Santa Rosa. La Dirección Provincial de Cultura de La Pampa fue el único cargo político que aceptó a lo largo de su vida.
En 1960 se instaló en Buenos Aires. Fue notable su actividad en el Instituto Félix Fernando Bernasconi donde capacitó docentes en todos los niveles y, en cursos de verano, de todo el país. Esa sería la vidriera desde donde se mostraría al salir del espacio pampeano. Como un hábil tejedor, entramó sus redes en ese ámbito, acrecentó su capital intelectual, legitimó sus saberes y, con esas y esos docentes que con su ayuda renovaron sus prácticas pedagógicas con métodos y recursos de enseñanza innovadores, se generaron lazos de afecto y simpatía que se prolongaron a través del tiempo y que, en los momentos difíciles que habrían de advenir sirvieron de sostén y consuelo.
Autor y editor en la Editorial Kapelusz, en 1965 actualizó la Didáctica General de Clotilde Guillén de Rezzano, texto con el que estudiaban las alumnas y los alumnos de las escuelas normales8 y que no había sido modificado desde el año 1936. Realizó el prólogo y las notas de La novia de los forasteros de Pedro Pico (1968). Prologuista y autor de notas en el Centro Editor de América Latina escribió el prólogo y notas de Cómo Gertrudis enseña a sus hijos de Johann Pestalozzi (1967). Traductor en Eudeba para su colección Tierra Firme, tradujo del italiano El niño y el folklore de Giuseppe Sciacca (1965) y, para Kapelusz, tradujo del portugués Una didáctica General Dinámica de Imedeo Nérici (1973). Profesor y Director de la Escuela Normal de San Justo en Buenos Aires, publicó La práctica docente y sus fundamentos psicodidácticos (1969) como producto de sus clases y de las que dictara en La Pampa. A partir de 1963, se desempeñó como profesor de Didáctica General en el Departamento de Ciencias de la Educación en una cátedra paralela en la Universidad de Buenos Aires. Renunció a ella después de “La noche de los bastones largos”.9 En sus clases hizo conocer a sus alumnos una vertiente pedagógica nacional y con ella a pedagogos como Víctor Mercante, Rodolfo Senet, José Rezzano y Clotilde Guillén de Rezzano, entre otros.
En 1972 participó activamente en la fundación de la Asociación Argentina de Lectura, junto a figuras destacadas de la educación y la literatura interesadas en las problemáticas que las atravesaran. Esta asociación funcionaba como filial de la Asociación Internacional de Lectura, un organismo consultor de la UNESCO entre cuyas actividades puede mencionarse la organización de encuentros, convenciones, congresos locales, continentales y mundiales, publicación de libros especializados en la temática de la lectura, difusión de revistas y catálogos. También daba a sus integrantes la posibilidad de visibilizarse, formar parte de una amplia red de especialistas a nivel internacional y, como se verá más adelante, oficiaba también como red protectora en los difíciles tiempos que se avecinaban.
Con el maestro y amigo entrañable Luis Fortunato Iglesias participó desde el primer número y hasta 1968 de la dirección de Educación Popular, “un periódico de militancia donde participaban maestros democráticos” (Iglesias, 2004, p. 119) y, en él según Padawer (2008), se difundieron ideas pedagógicas, políticas y sociales y se ampliaron vínculos con los ámbitos universitarios y gremiales ya que su propuesta era llegar a estudiantes, docentes y profesores a efectos de propiciar un diálogo amplio sobre la problemática educativa. Nervi seguirá colaborando como redactor hasta el cierre de la publicación.
Tampoco podemos olvidar su protagónica participación en la Editorial Bibliográfica Argentina, más conocida como Omeba, donde pudo mostrar su capacidad para dirigir grandes colecciones y amplió sus redes pedagógicas a espacios transnacionales. Aunque no pudimos precisar cómo es que Nervi llegó a Omeba, podemos indicar que en 1969 estuvo allí a cargo de la dirección de la Biblioteca Pedagogos de América y, junto a Delia Etcheverry,10 de la Gran Enciclopedia de las Ciencias de la Educación, donde participaran destacados y numerosos pedagogos, escritores, maestros y artistas de toda América Latina.
A lo largo de su trayectoria, las energías de Nervi siempre estuvieron puestas en la educación, la cultura y los temas y problemas que las atravesaban. Ahora bien, aunque podría decirse que las cuestiones político-partidarias nunca estuvieron dentro de los intereses de Nervi, sus posiciones siempre tuvieron vinculación con aproximaciones políticas más amplias, de tono progresista, con claras posturas acerca de la pobreza, la exclusión, el analfabetismo, el hambre, los derechos de los trabajadores. Su rol combativo en Educación Popular lo volvió objeto de persecución en el contexto de la década de 1970.
El largo exilio de Juan Ricardo Nervi. Haceres y quehaceres
En 1976, el profesor Juan Ricardo Nervi arribó a la ciudad de México. Su departamento en Buenos Aires había sido allanado,11 su biblioteca revuelta, su vida amenazada.12 Era un hombre adulto con una trayectoria personal y profesional organizada, pero, ante esas muestras inequívocas de peligro inminente, debió partir sin saber cuándo habría de volver. Él mismo diría: “La incertidumbre me hizo estar lejos de mi Patria diez años casi, ¡cómo no voy a estar indignado con estos señores! ¡Estos “justicieros” entre comillas que realmente nos llevaron por caminos de desencuentro total!” (Vulovic, 2012, p. 63).
Como lo anticipáramos en el apartado anterior, amenazas de la Triple A13 y una invitación a un congreso de lectura lo condujeron a tierras aztecas. Creemos, con algunas certezas, que las redes tendidas, tanto las editoriales por ejemplo con Kapelusz, como las pedagógicas14 y las establecidas dentro de la Asociación Internacional de Lectura (IRA) como su homóloga nacional, la Asociación Argentina de Lectura (AAL) lo hicieron posible. En ese más de un lustro y medio que durará su exilio desarrollará una intensa labor pedagógica, hará periodismo, escribirá y publicará, cultivará sus afectos antiguos y nuevos, ensanchará sus redes personales y profesionales.
La nostalgia por La Pampa fue una constante en la vida mexicana de Nervi, de manera que canalizó ese sentimiento escribiendo para el diario La Arena. Entre 1979 y 1980, publicó con periodicidad constante Memorias de un normalista pampeano,15 organizó su poemario Rastro en la sal (1980) que fuera publicado en Santa Rosa, dio forma a varios libros que publicara Plus Ultra16 en Buenos Aires, impartió clases, gestionó proyectos educativos renovadores, formó docentes e hizo periodismo, estuvo en permanente comunión con la poesía.
En cuanto a sus redes editoriales en Argentina seguían manteniéndose firmes y fieles. En Plus Ultra publicó tres libros. El primero fue Lexicón de Literatura Infantil Juvenil que coescribiera en 1979 con su colega y amiga María Ruth Pardo Belgrano, “un inventario de voces y microbiografías desarrollado con la rigurosa síntesis que requiere un “lexicón” y solo tiende a cubrir las exigencias de aquellos que están más acá del nivel académico” (Pardo Belgrano y Nervi, 1979, p. 5). El segundo fue Literatura infantil–juvenil y folklore educacional, un texto didáctico cuya finalidad era ofrecer a los docentes “esclarecimiento sobre los fenómenos folklóricos, metodología sobre su investigación e integración dinámica con las actividades programáticas” (Nervi, 1981, p. 8). El tercero fue el libro de cuentos para adolescentes Tristán y la calandria, donde recreó momentos de su infancia en Castex. Además, Kapelusz Mexicana editó en 1980 Didáctica normativa y práctica docente, obra que, con unas pocas variantes, es similar a La práctica docente y sus fundamentos psicodidácticos, publicada en Buenos Aires en 1969, también por Kapelusz.
La Universidad Pedagógica Mexicana (UPN)
En México, Nervi fue funcionario de la Secretaría de Educación Pública en el área de Mejoramiento Profesional. Desde allí organizó y fue docente en cursos de postgrado, fue parte de experiencias educativas innovadoras, condujo seminarios, tuvo activa participación en la puesta en marcha de la Universidad Pedagógica Nacional Mexicana (UPN) dado que formó parte del equipo que definió sus lineamientos.17 Más tarde dictó cátedras en ella y construyó vínculos personales y profesionales muy firmes.
Un antiguo alumno se refiere a él del modo siguiente:
Habiendo estudiado el bachillerato en el Estado de Veracruz me desplacé a la ciudad de México para realizar mis estudios de la Licenciatura en Pedagogía en la UPN (Plan 1979) durante los años 1981 a 1985. Mi “primer contacto” con la Didáctica como disciplina lo tuve al cursar en cuarto semestre la asignatura Didáctica Moderna con el Profesor Juan Ricardo Nervi, distinguido maestro, impulsor de la Licenciatura en Pedagogía y de otros proyectos en la UPN. El Programa de Estudios de la materia, diseñado por el Maestro Nervi, centraba su atención en el tratamiento de los componentes disciplinarios como son: ámbito y dimensiones de la didáctica, influencia de la biología, la psicología y la sociología para el avance de la didáctica, teoría y leyes de aprendizaje aplicable al ámbito didáctico; el método, los medios y la metodología didáctica; los contenidos educativos y el currículo; la evaluación del rendimiento escolar. Como complemento al curso, el profesor Ricardo realizó un seminario- taller sobre Escuela Activa – Escuela Nueva: fundamentos filosóficos y métodos más representativos (Tenorio Fabián, 2009, p. 40).
Rubén Bag -docente argentino exiliado durante la dictadura-, fue profesor en la Universidad Pedagógica Nacional Mexicana. En 2018 la editorial de la UPN publicó su libro sobre experiencias educativas innovadoras. En él refiere a su relación con Nervi. Entre otros aspectos, reconoce la generosidad y la vasta cultura del maestro pampeano cuando relata que escucharlo hablar de cine, literatura, folklore, poesía era descubrir no solo sus saberes sino la necesidad de compartirlos. Por otro lado, destaca que Nervi preparaba sus clases con minuciosidad, que escribía los textos con los que habrían de estudiar sus alumnos y alumnas y que este material se mimeografiaba y distribuía entre los y las estudiantes de la UNP. Explica que eran excelentes síntesis de los temas que abordaría en el aula, afirma que era un profesor muy querido y destacado en la carrera de Pedagogía. Añade que lo acercó a la Pedagogía Institucional (PI).18
Délfor Sombra, cantautor pampeano exiliado también en México y quien tuviera con nuestro biografiado una relación casi filial, rememora que antes de su regreso a Argentina, ya recuperada la democracia, Nervi fue objeto de una despedida que calificó como “impresionante” en la sede de aquella Casa de Estudios. “Fue la gloria”, “un acto enorme, un acto maravilloso”, “la gente lloraba, lo aplaudía de pie”, “largos minutos aplaudiéndolo” evocan las palabras de Sombra (Comunicación personal, 14 de noviembre de 2022).
Más tarde pudimos ampliar los detalles de ese evento gracias al Licenciado Arturo Jiménez Lupercio (Comunicación personal, 24 de enero de 2023). Docente de filosofía y artista plástico, Arturo Jiménez Lupercio, fue también colega de Nervi, compartieron espacios académicos y de extensión en la UPN. Juntos trabajaron en un proyecto de teatro universitario y en muchos eventos formadores de maestros. De Nervi opina que fue un artista educador, un promotor de saberes. Señala que trabajar con él fue una experiencia generosa. Gracias a este profesor mexicano pudimos acceder al número 10 del Periódico, impreso que fuera el órgano informativo de la UNP. Allí se transcriben los discursos pronunciados en ocasión del Homenaje – despedida del “maestro Nervi” poco antes de su regreso a Argentina.
En primer lugar, revisamos el texto de la alocución de quien era Rector en ese momento, el Licenciado Manuel Bravo Jiménez. Si bien la pieza oratoria es formal, las palabras trasuntan admiración y afecto; aluden a la dimensión humana y académica del homenajeado; lo nombra “maestro Nervi”, comienza recordando el momento en que lo conoció y que se quedó “con el nombre en el corazón y en la cabeza”; repasa la exposición que hiciera del plan de estudios, a la que califica como “medular, conjunto, claridad en las ideas y justicia en las palabras” y adjetiva como “espléndida” (Bravo Jiménez, 1985, p. 6). Cierra su discurso con un “a su estilo, maestro Nervi” y con el poema El sembrador de autoría del poeta pampeano, del que solo transcribiremos sus versos finales: “Sí, yo creo en el hombre y en su flor desvelada/por eso sueño y siembro/de pie, entre la cizaña” (Bravo Jiménez, 1985, p. 6).
El segundo texto es el que escribe y pronuncia una alumna, Dolores Licona y Galdi: su título es “El genio de Ricardo Nervi”. Expresa que hay tres cualidades esenciales para ser la genialidad y que en él se reúnen: el don natural, la adaptación al mundo y la capacidad de crecimiento constante. Manifiesta la pena por la partida próxima del docente “es desgarrador cavilar sobre la separación, pensar que la partida es inminente” y reconoce la obligación del alumnado de seguir el camino que dictaran sus enseñanzas.
En la UPN los discípulos del maestro Nervi hemos sido testigos de un hecho educativo de gran relevancia para nuestra Casa de Estudios. Más aún, hemos vivido con él la experiencia de planear, ejecutar y evaluar el proceso de creación de la carrera de Pedagogía y si bien no llegó a ser obra consumada – pues es un proceso que está en constante evolución– nos hizo hincapié en que cada uno de los hilos de la red de nuestra formación está sustentada científica y epistemológicamente a fin de dar al egresado la flexibilidad suficiente para incursionar en los diversos cargos de la labor educativa, compromiso que intentamos mantener como voto silencioso enfatizando las enseñanzas del maestro (Licona y Galdi, 1985, p. 6).
El cierre del discurso refleja con claridad el grado de empatía logrado con sus estudiantes: “El maestro tenía varias expresiones que me llamaban mucho la atención por su elocuencia, pero había una en particular que resaltaba la idea de estrechez, de unidad, de inseparabilidad”19 (Licona y Galdi, 1985, p. 7).
El propio Jiménez Lupercio participa en el homenaje y, en un recuadro del Periódico, se encuentra su texto Testigo de su obra que se inicia diciendo que “Ricardo Nervi es testigo de su propia obra, de su inquietud interior objetivada en el largo periplo de su docencia”, avanza afirmando que “la pedagogía ha sido y es su pasión. Pero no cualquier pedagogía, porque los rasgos humanitarios y dialécticos de la que practica el maestro Nervi, la oponen a las variantes del neoconductismo pedagógico” para cerrar expresando: “Esta ha sido la lección de Ricardo Nervi, concebir la pedagogía como el hontanar al servicio de la vida y el hombre de nuevo cuño” (Jiménez Lupercio, 1985, p. 7).
En las mismas páginas encontramos el texto con que Ricardo Nervi agradece el homenaje,20 advierte que “teme que se le salga el corazón por la boca”, agradece también que el Rector recitara uno de sus poemas, y se sincera al dejar en descubierto que:
Yo he sentido aquí en México entrañablemente, carnalmente, que todo aquello que alguna vez se conjuró para alejarme de mis playas bienamadas, encontró aquí el rescoldo, la tibieza, la esperanza otra vez. Esta Universidad Pedagógica fue mi casa, fue mi hogar en momentos aciagos de mi vida. Cada alumno fue un hijo; (…) nunca estuve solo (…) cómo no amarlos si en ellos estaba amando esta tierra hermana (…) cómo no sentirme cada vez más maestro si había en ellos respuestas tan hondas (…) En esta Casa encontré amistad, encontré ese apoyo que obliga a responder con hechos a tantos y tantos interrogantes como nos plantea esta ciencia siempre en crecimiento, siempre en construcción, que es la ciencia de la educación, es decir la Pedagogía (Nervi, 1985, p. 7).
Más adelante, asiente que trajo a sus alumnos el pensamiento de pedagogos argentinos, “como una convocatoria a la esperanza”. Reconoce que en el plan de estudios “alientan la presencia” de Juan Mantovani, Ricardo Nassif y el espíritu de Luis Iglesias. También, señala que valora el apoyo de Juan Carlos Tedesco, la revisión crítica de Nicolás Tavella y el consenso del rector, don Manuel Bravo, de quien recuerda que en el ’68 había colaborado “con nosotros” en la Gran Enciclopedia Omeba de Ciencias de la Educación. Esto nos retrotrae nuevamente a las redes, “en los hechos los intelectuales siempre se nuclean, inventan las redes y aprovechan las que existen, y crean también los ámbitos como un funcionamiento natural de su existencia” (Gilman, 2009, p. 166).
Si debemos agregar una conclusión a este ítem volvemos a la capacidad de gestión de Nervi, a su talento para generar proyectos innovadores y hacerlos posibles y a su calidad docente. Al mismo tiempo no podemos minimizar su carisma, su resiliencia, ni su habilidad de tejer redes y sostenerlas. Por otra parte, no podemos obviar tampoco su referencia al status científico de la pedagogía.
Nervi, periodista en México
Según Vulovic (2012) en su exilio mexicano Nervi desarrolló también su faceta periodística. Publicó en la página cultural del diario Excelsior, dirigió la revista Pedagogía y los Cuadernos de Pedagogía y escribió sobre cuestiones pedagógicas en el diario El Día y en el Periódico. Una muestra de ello es la nota “A la mujer mexicana”, que apareciera en la columna Textos y pretextos del último título señalado. Allí era, según Jiménez Lupercio, el responsable de la columna, aunque no firmaba sus colaboraciones. En ese breve artículo hace referencia al periplo mexicano de Gabriela Mistral, habla de su americanismo y de su amor especial a México. Muy fiel a su estilo, nombra y cita autores y reseña las Lecturas para mujeres de la Premio Nobel de Literatura.
Sobre la revista Pedagogía,21 indica que Nervi fue designado por el rector Manuel Bravo Jiménez para crear una revista con carácter institucional y aunque aceptó esa responsabilidad académica no quiso aparecer como director sino figurar como asesor pedagógico. En la práctica desempeñó las tareas de un director-editor informado, activo y creativo.
En esa misma línea, “don Ricardo” tuvo la iniciativa de que, desde la Academia de Pedagogía, se impulsara una colección sobre temas de investigación educativa, tópicos pedagógicos, compilaciones de trabajos presentados en congresos, seminarios, etc. Él sugirió que esa colección se denominara Cuadernos pedagógicos. Así se concretó. También colaboró regularmente en el diario El Día (ya desaparecido). Tenemos como muestra un artículo seriado que publicara en tres sábados sucesivos entre diciembre de 1984 y enero de 1985, en el suplemento “Educación y magisterio” con el título “La Lectura hoy” donde rescata la importancia de la lectura en la infancia, invita a la lectura reflexiva, alude a la comprensión lectora y expresa que el libro y la lectura no están reñidos con otros modos de acceso a la cultura. En una ocasión comentó a su colega Jiménez Lupercio que había sido felicitado por el entonces Secretario de Educación Pública, Jesús Reyes Heroles, a raíz de un artículo publicado en el diario citado, referido al carácter laico de la educación. Es interesante comprobar el modo didáctico y ameno con que Nervi hacía promoción de la lectura desde los medios de comunicación. Por lo que pudimos observar, la revista Pedagogía, era una publicación académica altamente rigurosa en la disciplina, dirigida a un público también experto, en este caso respecto al saber pedagógico.
Para concluir, la veta periodística de Nervi, tan arraigada en él, se mantuvo con firmeza y continuidad durante su estancia en México, no solo colaborando con publicaciones periódicas del país azteca sino también con el diario La Arena de Santa Rosa en el que escribiría, sus “Memorias de un normalista pampeano”.
Nervi, las cartas y las visitas
De México a La Pampa y Buenos Aires y viceversa, iban y volvían las cartas anudando vínculos y llevando y trayendo noticias. El poeta Edgar Morisoli manifestó que se “carteaban” con mucha asiduidad, que “se contaban todo” (comunicación personal, 17 de septiembre de 2019).22 Creemos, con bastante certeza, que sería Morisoli quien le acercara información, con alto grado de detalle, de aquello que aconteciera a nivel cultural en La Pampa. Podemos suponer también que le enviaría libros y otras publicaciones. Es dable pensar que esta afinidad entre ambos sostendría y sería el puente entre Nervi y La Pampa más allá de la activa correspondencia con otras personas.
Ruth Pardo Belgrano aseguró tener muchísimas cartas de Nervi23 y, además, no solo lo visitó en 1978, sino que compartieron autoría de libro editado al año siguiente (comunicación personal, 15 de junio y 26 de agosto de 2022). En 1980 la escritora publicó una antología, Dimensiones del amor, donde aparece un poema de Nervi, Mi Patria con pájaros, inédito hasta ese momento, donde en cada estrofa el poeta “suelta” un pájaro argentino para loar a su patria.
Voy a soltar calandrias para ti,
(Nervi, 1980, p. 96)
Patria, porque te amo en la guitarra
de tus bravos juglares proletarios,
Los profetas del Canto
que saben tu dolor y tu alegría
y las dicen cantando
Al entrevistarla en su departamento porteño, nos mostró tarjetas postales que el poeta pampeano le enviara desde distintos sitios de México con muy líricas explicaciones sobre ellos y connotando el afecto que se profesaban.
Nervi era un gran escritor de cartas. Vulovic (2012) narra que escribía a sus familiares, amigos, compañeros de trabajo y que este era su modo de paliar el desarraigo. Bernetti y Giardinelli señalan respecto a la comunicación epistolar entre los exiliados:
Las cartas, por cierto, fueron vínculos necesarios. Se esperaban casi frenéticamente. Se escribían sin cesar. No había, para nadie, mejor contacto con la Argentina que las cartas que se recibían, en mano o por correo. En aquellos años no existían el fax y mucho menos las comunicaciones virtuales, y las llamadas telefónicas eran demasiado caras. Por lo tanto, solo las cartas podían ser eficaces portadoras de afectos, de noticias y comentarios, aunque a veces, también de olvidos dolorosos, esas amnesias inexplicables en algunos amigos. Las cartas significaban el hilo vigoroso y verdadero que nos conectaba con ese Sur que se hacía más y más mítico con el transcurso del tiempo (Bernetti y Giardinelli, 2014, p. 51).
Pudimos leer algunas cartas que dirigiera al maestro Luis Iglesias, al que trataba de “Caro Luis”,24 y donde narraba y exponía con claridad cuestiones del diario devenir, planteos pedagógicos, proyectos de trabajo juntos y crudos análisis de la realidad del país lejano. Por otra parte, también pudimos verificar las redes profesionales del área dado que en las mismas aparecen nombrados otros pedagogos como Ricardo Nassif y Juan Carlos Tedesco y planes de cursos y seminarios con ellos.
En cuanto a sus visitantes, Luis Iglesias fue huésped de Nervi en 1979. Fue así como los dos amigos compartieron conversaciones, trabajo y espacios de sociabilidad en otras latitudes. Además, lo visitaron no solo sus familiares sino también poetas, escritores y docentes pampeanos. Aún exiliado, estaba atento a todo lo que ocurriera en la provincia lejana. Sus redes eran imanes poderosos que le permitían estar actualizado y al corriente de sus aconteceres.
En el libro Tiempo y desvelo, texto póstumo que reúne los poemas y cuentos dispersos e inéditos de Nervi, su familia escribe en el prólogo:
Durante esos turbulentos años Juan Ricardo siempre procuró cuidar un espacio de su tiempo para compartir un mate en su casa durante largas madrugadas, devenida en una suerte de embajada pampeana para conversar y repartir con total prescindencia ideas, recuerdos, proyectos, sugerencias, consejos… como así también canciones, cuadros, cuentos o poemas creados a fuerza de desvelos, forzados en buena parte por indeseadas arritmias durante la tensión nocturna del desarraigo y su irrenunciable deseo de trascender como pampeano por todo y pese a todo. Esta arquitectura era su manera de sobreponerse a la lucha diaria, a la ausencia de la magia de aquel lejano y secreto rincón del mundo con médanos y caldenes donde naciera y creciera, con su épica de pueblos originarios ranqueles e inmigrantes que hicieron la América como sus padres (Nervi, 2021).
Por otra parte, también se reunía con relativa frecuencia con el cantautor pampeano Alberto Cortés, por entonces residente en México, quien compusiera la música de varias piezas líricas de autoría de Nervi. Al decir de Délfor Sombra, convirtieron muchos poemas en canciones (comunicación personal, 14 de noviembre de 2022). Cabe agregar que algunos de estos poemas musicalizados y cantados por Alberto Cortés devinieron en discos.25
A modo de cierre
Al inicio del tópico sobre su exilio nos encontrarnos con un Nervi que, como el Dante, debe cerrar las puertas a su vida anterior para salvarse. México lo recibe y allí encontrará protección y estima y será ése el lugar donde lejos del lamento y de la depresión se sobreponga a su nostalgia, escriba poesía, cuentos, textos sobre educación y participe de la creación de una universidad. En cuanto a sus espacios de sociabilidad, se aferra a las seguras redes de sus afectos anteriores y da paso a las nuevas, “las redes generan microclimas específicos y la palabra adquiere, desde esa perspectiva, un doble sentido de “redes” que estructuran y, a la vez, producen esos microclimas que caracterizan un determinado medio intelectual” (Gilman, 2009, p. 166).
Fiel a sí mismo, se mantiene fuera de internas y compromisos políticos e ideológicos con sus compatriotas. No participa en ninguna agrupación, aunque según Délfor Sombra “se veía” con escritores como Juan Gelman, David Viñas, Noé Jitrik y Celso Castiñeira de Dios, entre otros. Textualmente asevera: “Él, antiperonista, anticomunista, antirradical, nada, no se sentía bien en esos espacios” (comunicación personal, 1 de noviembre de 2022).
Respecto a su labor docente, presenta a sus alumnos lo mejor de la pedagogía latinoamericana. Lo llamarán “maestro” con las connotaciones de admiración y respeto que el término tiene en el vocabulario mexicano. Sin embargo, es un hombre que vive y sufre. El exilio lo ha arrancado de su tierra, pero no ha podido desprenderlo de ella. Como periodista, se desvela por mantener activa su participación intelectual, como poeta, regala sus versos, como escritor, enriquece la literatura con sus producciones.
En 1982, con una dictadura ahogada por sus excesos y sus errores, retornará fugazmente a Buenos Aires para pronunciar la conferencia inaugural del Encuentro Americano de Especialistas en Lectura . VII Jornadas Argentinas de Lectura, que cerrará diciendo:
La lectura, hoy, es un libro extraviado en cualquier lugar donde se esconde el hambre. Sin embargo, no hemos de ser nosotros los docentes quienes depongamos las armas. Es decir: el pizarrón, la tiza, el cuaderno, el lápiz. Y haremos del país, una vez más, una inmensa escuela porque, como lo afirmaba José Ingenieros, “Todo tiempo futuro será mejor” (en Pardo Belgrano, 1993, p. 52).
Esa conferencia, según nos narrara Ruth Pardo Belgrano fue largamente aplaudida (comunicación personal, 15 de junio de 2022). Las palabras del maestro, en esa jornada previa al día del estudiante y al inicio de la primavera, sonarían como un himno de esperanza. Reavivará el deseo del regreso. Con el retorno de la democracia volverá. Siempre hablará de México con respeto y cariño, con enorme agradecimiento contará a sus alumnos sus anécdotas mexicanas, sus experiencias pedagógicas, hablará de sus amistades y sus lecturas.
A su regreso a la Argentina será Secretario Académico de la Universidad Nacional de La Pampa (1987-1990) y profesor titular de la misma hasta su deceso,26 escribirá, publicará, pintará, se reencontrará con sus amigos, recibirá premios. Muchísima oscuridad apagará tanta luz. Sus últimos años se verán ensombrecidos por una implacable enfermedad que borrará su memoria y enturbiará su carácter.
A su muerte, Juan Carlos Tedesco, quien fuera su alumno y colega y, al momento del deceso de Nervi, director de la UNESCO escribió “Juan Ricardo Nervi fue uno de esos maestros que enseñan tanto con su obra teórica como con su generosidad personal. La articulación entre pedagogía, literatura y pintura lo convirtió en un humanista capaz de transmitir mucho más la pasión por el conocimiento que el conocimiento mismo (…) los que tuvimos el privilegio de percibir todo eso no podemos olvidarlo” (Tedesco, 7 de octubre de 2004).
¿Cómo habrá que recordarlo? Por un lado, es posible recordarlo como un Maestro, enamorado de serlo y tratando de formar maestros que también lo estuvieran. Por otro lado, como un articulador de espacios, personas e iniciativas que se desarrollaron a partir de sus lazos y experiencias previas y las que fue tejiendo en distintas etapas. Cada uno de estos períodos da cuenta de su inserción en cada ámbito y, a la vez, de cómo ayudó a transformar sus contextos de producción y acción intelectual, pero también política y social.
Entrevistas
Cascallar Carrasco, C., comunicación personal, 17 de junio de 2018.
Morisoli, E. comunicación personal, 17 de septiembre de 2019.
Pardo Belgrano, R., comunicación personal, 15 de junio de 2022 y 25 de agosto de 2022.
Sombra, D., comunicación personal, 14 de noviembre de 2022.
Bag, R., comunicación personal, diciembre y enero 2023.
Jiménez Lupercio, A., comunicación personal, enero y febrero 2023.
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Notas
Recepción: 09 Abril 2024
Aprobación: 02 Mayo 2024
Publicación: 01 Junio 2024