Entrevista
Entrevista a Agustín Escolano Benito
En esta entrevista nos interesa recuperar el trabajo que se desarrolla en el Centro Internacional de Cultura Escolar - Schola Nostra (CEINCE). Se trata de un centro integral de documentación, investigación e interpretación que estudia desde una perspectiva multidisciplinaria e internacional diferentes aspectos de la cultura de la escuela. En el CEINCE se puede abordar la escuela a lo largo de la historia a partir de un vastísimo capital material que abona a miradas del presente y el futuro de uno de los más importantes desarrollos de la modernidad. El centro estructura sus acciones en tres áreas temáticas: memoria y patrimonio de la educación, manualística y cultura de la escuela y sociedad del conocimiento. Sus actividades pueden seguirse a través de sus redes, siempre activas.1
Su fundador y director, Agustín Escolano Benito, es catedrático emérito de Historia de la Educación de la Universidad de Valladolid. Anteriormente fue catedrático de la Universidad de Salamanca, donde fundó la Revista Interuniversitaria de Historia de la Educación, que dirigió durante cerca de treinta años, así como las series de Studia Paedagogica y Ciencias de la Educación. También ha ejercido en otros periodos en las universidades Complutense de Madrid y Oviedo.
Ha sido presidente de la Sociedad Española de Historia de la Educación y miembro de comité ejecutivo de la International Standing Conference for the History of Education (ISCHE). Es doctor honoris causa por la Universidad de Lisboa, Premio Nacional Manuel Bartolomé Cossío y doctor honorario del Colegio de Doctores de Salamanca, así como profesor visitante de las universidades italianas de Macerata, Ferrara y Bolonia. Ha sido Consultor de UNESCO en Educación Superior/Países Mediterráneos. También es miembro de la Société Européenne de Culture (con sede en Venecia).
Ha sido presidente de la Sociedad Española de Historia de la Educación y miembro de comité ejecutivo de la International Standing Conference for the History of Education (ISCHE). Es doctor honoris causa por la Universidad de Lisboa, Premio Nacional Manuel Bartolomé Cossío y doctor honorario del Colegio de Doctores de Salamanca, así como profesor visitante de las universidades italianas de Macerata, Ferrara y Bolonia. Ha sido Consultor de UNESCO en Educación Superior/Países Mediterráneos. También es miembro de la Société Européenne de Culture (con sede en Venecia).
Entre sus publicaciones se destacan los siguientes libros: La investigación pedagógica universitaria en España (1980), Educación y economía en la España ilustrada(1988), Estudios de historia social de la educación (1983), Leer y escribir en España. Doscientos años de escolarización (1992), Historia ilustrada del libro escolar en España (1997-1998), Tiempos y espacios para la escuela. Ensayos históricos (2000), El pensil de las niñas (2001), La educación en la España contemporánea (2002), La memoria y el deseo. Cultura de la escuela y educación deseada (2002), Historia ilustrada de la escuela (2006), Currículum editado y sociedad del conocimiento (2006), La España cubista de Luis Bello. Visiones desde la escuela (2015), La cultura empírica della scuola (2016 en portugués y 2017 en español) y Educazione ed emozioni. Un nuovo approccio formativo (2017 en castellano y 2018/2021 en portugués).
Mónica Fernández Pais: Resulta valioso recordar que desde su apertura el CEINCE ha desarrollado múltiples actividades, celebrado convenios y enriquecido su tesoro material, si tuviera que volver describir su potencial hoy ¿qué nos diría?,
Agustín Escolano Benito: Su potencial se ha ido fortaleciendo día a día, año a año, con las estancias de investigadores que han contribuido con gran diversidad de temas y enfoques, los más de cien encuentros académicos celebrados y las publicaciones emanadas de ellos, así como con los relatos que se generan en las visitas diarias a su museo y exposiciones. Su futuro puede ser enriquecedor para toda la comunidad de historiadores de la escuela y para los cuidadores de su patrimonio histórico.
MFP: Al CEINCE llegan materiales y manuales de diversos puntos del globo que contribuyen a organizar un relato acerca del devenir de lo escolar que ha sido explorado por investigadores y docentes ¿cuál ha sido el espíritu que impulsó la creación de este espacio que recoge un fondo etnográfico tan diverso?
AEB: El leitmotiv fundamental del CEINCE fue en su origen y continúa siendo la salvaguarda del patrimonio histórico-educativo de la escuela, una agencia esencial en la socialización de toda la ciudadanía escolarizada, cada vez más universal. Objetos, imágenes, textos y relatos orales son fuentes fundamentales para reconstruir la cultura empírica en que se materializa la historia y la memoria de la educación. El centro aborda esta nueva historia de forma interdisciplinaria y bajo una perspectiva comparada o internacional. Los visitantes de más de cincuenta países así lo demandan y practican.
MFP: Siguiendo la definición de cultura escolar propuesta por Dominique Julia, aquella que la asocia a normas que definen saberes y conductas a enseñar a través de las prácticas docentes que forman parte de los procesos de socialización ¿cómo cree que se modificará tal cultura con la universalización de las tecnologías en la vida cotidiana?
AEB: El giro digital cambia algunas claves de la gramática interna que regula la vida escolar: los espacios virtuales y presenciales en que se vehicula la educación formal, los cronos del proceso, los roles de los actores que dinamizan la vida de la comunidad y la de la escuela, los métodos que guían los procesos formativos y las variables que definen el proceso y los contextos de la formación humana. Pero este giro no prescindirá de la presencialidad, necesaria para garantizar la sociabilidad de los sujetos y la convivencia ciudadana. Al retorno de la crisis del Covid, alumnos y enseñantes han vuelto a las aulas, aunque han aprendido que la comunicación digital ha de ser integrada en el cotidiano de las instituciones, con sus reglas y sus condicionamientos.
MFP: De los muchos instrumentos de escritura, elementos de laboratorio, materiales para el jardín de infantes y artilugios de proyección, entre otros objetos que forman parte del patrimonio del CEINCE ¿cuál cree que resulta más novedoso a las niñeces y adolescencias que lo visitan? ¿Qué considera que les aporta conocerlos?
AEB: Niños y jóvenes ven estos restos arqueológicos con extrañamiento y curiosidad ya que desde ellos acceden a lo que pudo ser la vida en las escuelas de sus abuelos y de otras generaciones. Unos sonríen, otros preguntan, algunos experimentan con ellos… mas todos entienden que los pupitres fueron muebles para cubrir determinadas funciones, que las linternas mágicas eran los primeros dispositivos para comunicar imágenes o que la pluma de ave pudo ser el primitivo estilete para escribir. Observar estos objetos y cotejarlos con los que usan ellos ahora les hace sentir la experiencia del cambio, de la evolución y los procesos de transformación en la historia material de la cultura. También comprueban el valor de los museos para experimentar la innovación y el cambio, así como las interacciones presente-pasado.
MFP: De las muchas exposiciones que se han organizado en el CEINCE y han recorrido territorio español, “Flora o la educación de la niña en la sociedad tradicional” condensa con mucha claridad cómo la educación construye discursos y señala una moral determinada ¿cómo nació la idea y cuáles fueron los principales ecos de la misma?
AEB: Una de las finalidades de la investigación que llevan a cabo muchos investigadores que llegan al CEINCE, de muy diversas procedencias geográficas, es estudiar los cambios que se han operado en las relaciones de género a través de las representaciones que ofrece la cultura escolar, y muy especialmente los manuales. Flora es la imagen de la mujer tradicional orientada al hogar y al cuidado de la infancia. Su cuerpo se concibió como una anatomía para la maternidad y el trabajo doméstico, y estuvo marcado por los dispositivos del pudor y de la urbanidad. Diana es la imagen de la mujer que también puede salir a cazar, como el varón. Ello inicia el largo camino seguido a lo que hoy se entiende como inclusión. El proceso, aún en curso, muestra avances y contradicciones, así como las resistencias al cambio. El número 24 de Papeles del CEINCE, que está colgado en www.ceince.eu, ofrece un resumen con imágenes de esta nueva exposición, mostrando los cambios que la escuela ofrece en la imagen de los cuerpos, la sexualidad, los espacios y tiempos compartidos y la nueva sociabilidad.
MFP: Acerca del campo de la historia de la educación. Considerando la multiplicidad de muestras organizadas, las revistas científicas que ha dirigido y su extensa producción académica, ¿cuál de estas iniciativas ha sido la más desafiante?
AEB: Es difícil pronunciarse sobre esto. La Historia ilustrada del libro escolar en España fue recibida en su día como una importante contribución a la historia de la escuela y a la historia del libro. Es una obra colectiva, a la que contribuyeron colegas de varias universidades españolas, un texto que se presentó en la Biblioteca Nacional por el director de la Real Academia Española, Fernando Lázaro Carreter. La escuela como cultura y Emociones & Educación pueden ofrecer una imagen más actualizada de las orientaciones de trabajo que actualmente se lleva a cabo en el CEINCE.
MFP: En su obra titulada Emociones & Educación nos invita a reconocer el impacto de la escuela en la dimensión emocional de la formación humana. En la última década, la llegada de “las emociones” a la escuela de la mano del mercado se articula con lógicas de control. ¿Cómo ve este fenómeno en tiempos del avance de las neurociencias? ¿Cómo cree debemos estudiarlo?
AEB: La educación emocional se construye como juego dialéctico entre la biología y la cultura, y la escuela instrumenta prácticas bipolares que conjugan estrategias aparentemente contradictorias como el pudor y la seducción, la alegría y la ira, el premio y el castigo, la disciplina y la espontaneidad, la higiene y la vergüenza… Las reglas de la sociabilidad también obedecen en gran medida a estos dispositivos duales que regulan el civismo y la moralidad. A este respecto, la educación escolar, con sus regímenes y sus prácticas de control afectivo, incuba los códigos que regulan la vida individual y la socializada. Los estímulos emocionales competentes de los que habla el neurofisiólogo Antonio Damasio pueden servir para controlar y para liberar afectos y por lo tanto para construir subjetividades y ordenar algunas prácticas del mundo de la vida que están en la base de la civilización. El affective turn ha contribuido a esclarecer la genealogía de estas prácticas culturales que definen la educación emocional. Este ha sido el objetivo de mi última publicación sobre el tema.
MFP: ¿Qué mensaje les daría a las y los docentes que hoy necesitan recuperar cierta “erótica de la enseñanza”, como la llama Massimo Recalcati, tanto en las escuelas como en la universidad?
AEB: Para dedicarse al mundo de la educación es preciso desarrollar lo que lo clásicos llamaron el ethos entusiastikon, un modo de ser moral que no debe estar muy lejos del eros de que habla el libro de Recalcati. Comunicar, interaccionar, influir… son acciones que afectan al mundo de las emociones, un tema muy actual que las ciencias humanas -también la historia cultural de la educación- recuperan y afirman. Los docentes habrán de cuidar esta dimensión afectiva de la relacionalidad en la escuela que afecta a las interacciones, a la gobernanza institucional y a los procesos formativos.
MFP: Muchas gracias Agustín, por la generosidad al recibirnos en el CEINCE y por el entusiasmo con el que nos transmites pasión la educación.
Notas
https://blogceince.blogspot.com
Recepción: 19 junio 2024
Aprobación: 04 septiembre 2024
Publicación: 01 diciembre 2024